Celler Balaguer i Cabré
Bodega del Priorat Celler Balaguer i Cabré no tiene otra finalidad que rescatar y dar reconocimiento a un producto excepcional: los vinos rancios del Priorat. Durante años, estos vinos fueron poco apreciados fuera de la comarca, a pesar de su profundo valor cultural y enológico.
Detrás del vino
En 1997, los amigos René Barbier (Clos Mogador) y Jaume Balaguer (Bodega Balaguer i Cabré) se unieron preocupados por la progresiva desaparición de los vinos rancios en la región. Su pasión los llevó a investigar y seleccionar las mejores soleras de la comarca.
De esta búsqueda inicial surgieron siete vinos rancios excepcionales, nombrados con el nombre de cada casa productora, y un coupage especial llamado «Raíces 30 años». En 1998, estos vinos rancios del Priorat se lanzaron al mercado, conquistando las mesas de los amantes del vino, con su capacidad de invitar a la conversación y la contemplación.
Los secretos de Bodega del Priorat Celler Balaguer i Cabré
Durante años, este proyecto romántico fue un secreto compartido solo por gourmets y sumilleres expertos. Sin embargo, en febrero de 2014, el crítico Robert Parker otorgó 100 puntos al rancio de Ca les Viudes, con soleras de más de 100 años y producción limitadísima. Además, Arrels 30 anys y Cal Piró recibieron 96 y 93 puntos respectivamente.
El éxito internacional catapultó los vinos rancios del Priorat a escenarios de prestigio como Harrods o Lafayette. En 2015, se lanzó otro incunable centenario: Ca l’A. Cabré Bru de Gratallops, del que solo se produjeron 50 botellas, valoradas nuevamente con altísimas puntuaciones.
Hoy, los vinos rancios del Priorat son un símbolo de excelencia, paciencia y respeto por la tradición. Un verdadero tesoro enológico que merece ser descubierto y celebrado.
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