Bodega Demencia
El proyecto de la Bodega Demencia surge de una manera imprevista, como muchas cosas buenas. Nacho León adquiere una parcela de viñedo en Valtuille al comprobar que el propietario tiene intenciones de abandonarla. Se da cuenta de que el Bierzo cuenta con un patrimonio vitivinícola que podría hacer de la Comarca una de las regiones elaboradoras de referencia mundial. Sin embargo, se está perdiendo. Hay un abandono que no sólo afecta al viñedo, también al paisaje, la cultura y las tradiciones arraigadas. Hay que hacer algo y pronto…
Han pasado los años y Demencia cuenta con más viñedos, “privilegiados” como suele recalcar el bodeguero, y tres referencias (en blanco y tinto): Demencia, Pyjama y Cachicán. La primera marca, Demencia, enmienda la falsa creencia de que la mencía no produce vinos aptos para envejecer. Hoy en día podemos tomar vinos Demencia espléndidos vendimiados hace más de 10 años.
Posteriormente, lanzan un vino de consumo más rápido y cercanos en el tiempo: Pyjama. No todos los años, y no todas las uvas están preparadas para ser empleadas en la elaboración de un vino de guarda. Nacho León lo define como “un vino de andar por casa, pero también creado con una personalidad algo infantil y soñadora. Apto para muchas y muy variadas ocasiones”.
Y, por último, llega Cachicán, “sin duda no es un vino para todos los públicos. Tiene detractores y seguidores a partes iguales, que enfrentan su postura de manera vehemente”. Ya cuando un elaborador te dice esto, sólo te apetece una cosa: probarlo para ver de qué lado estás. Cachicán es un vino de mesa que mezcla variedades, algunas no aceptadas por la Denominación de Origen Bierzo.
La viña es la piedra angular que soporta el edificio Demencia. Viñedos plantados antes de 1940 que tienen una gran herencia y un potente mensaje. Para Nacho León la clave está en “la práctica de una agricultura ecológica y elaboración basada en la mínima intervención”. Para la bodega la unidad de trabajo es la planta, centrándose en lo que cada una de ellas demanda. No hay un proceso estandarizado ni constante. Pero sí hay tareas que se repiten como la poda.
Demencia es una bodega muy pequeña en la que Nacho León es el hombre orquesta. “Tengo que hacer prácticamente de todo; desde la poda, poda en verde, tratamientos sostenibles, labores de elaboración, barricas, etiquetados; pero también labores administrativas, comerciales, fiscales, visitas de clientes y distribuidores; y por supuesto labores, más humanas y afectivas”, como la de tener la amabilidad de contestarnos a todas las preguntas para elaborar este post.
Todo este trabajo se refleja en sus vinos. “Para nosotros, consumir un vino es conocer un paisaje, una tradición y su cultura, las variedades empleadas, la climatología, la viticultura heredada son ingredientes más que suficientes para que se convierta en toda una experiencia”. Y damos fe de que es una experiencia. Y de las buenas.