Claves para elegir un vino y no fallar
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Claves para elegir un vino y no fallar

Si no tienes mucha idea de vino o eres aspirante a winelover, pero andas todavía despistado, encontrarás una buena ayuda en las claves para elegir un vino que compartimos contigo. No fallarás.

(En el caso de que ya conduzcas feliz el carro de Baco, deja de leer, entra directamente en nuestra tienda online de vinos de pequeños productores y haz tu selección). A quienes se salen del paréntesis nos dirigimos hoy. Nuestra recomendación es que os dejéis asesorar por el personal de la tienda especializada, o el sumiller del restaurante, que si es bueno, os calará pronto y no os intimidará. Veamos entonces las partes implicadas en el juego de elegir.

Precio

Tenemos que tener en cuenta nuestro presupuesto, en función de eso nos orientaremos y descartaremos de entrada muchas referencias. Piensa que no siempre lo más caro es lo mejor. A veces querer impresionar con una botella puede intimidar al otro, y lo peor, dejarnos un gigantesco agujero en el bolsillo. Cuando te encuentres en una región desconocida, probar vinos de la zona puede ser más económico que los de otras denominaciones, incluso más divertido.elegir un vino para cada ocasión es fundamental

Tipología

Con semejante “palabro” nos referimos al color, ya sabes, blanco, tinto, rosado o naranja. También hablamos de si se trata de un vino tranquilo o espumoso, joven o con crianza. Nuestra decisión tendrá mucho que ver con la ocasión y los siguientes aspectos.

La ocasión

El momento en el cual se va a abrir el vino influye decisivamente en la elección. En toda súper fiesta tiene que haber un momento burbujas, podrías brindarlo tú. Para una cena de tapeo informal habrá que buscar vinos versátiles, fluidos, jugosos, más bien jóvenes. Un tinto poco tánico, bien de fruta y acidez, puede funcionar, o un blanco fresco con algo de lías que aporten
chicha, también. En una comida de negocios se imponen los tintos serios y bien estructurados de denominaciones de origen clásicas, como Ribera del Duero, Rioja, Priorato o… Burdeos, si hay nivelazo en la mesa, claro. No, no es esta la ocasión de sorprender a los comensales con el primer vino experimental de una minúscula bodega que ni siquiera aparece en los mapas, o que ha caído de rebote en la carta del restaurante.

En ambientes o cenas chic un vino blanco elaborado con riesling resplandece, citando a Josep Roca, la riesling es “la diva de las uvas blancas”. Para brindar en los escenarios más alternativos no dudes en llevar algo natural, hecho en ánfora o naranja.

Ni que decir tiene que en las cenas románticas no solo triunfa el champagne, los tintos volcánicos de las Islas Canarias son todo exotismo y pasión, y la elegancia afrancesada de Cádiz, sí has leído bien, resulta altamente atractiva.

La persona

No es lo mismo elegir una botella para tu cuñado que para una persona a la que queremos seducir o… para la cuadrilla de amigos cerveceros que, por un día, hacen una excepción. Tener un poco de información previa ayudará a elegir algo más sencillo o sofisticado, clasicote o atrevido, etc. Pero no olvides que lo vas a beber tú también, así que ha de ser de tu agrado.

Maridaje

Sobre qué vino va con cada plato hay mucho escrito, infinitas páginas guarda la gastronomía. No te estamos invitando a que cruces un salmón con un tinto mega tánico de Barolo, pero hay tópicos ya muy superados. Es un tema amplio que merece que le dediquemos su tiempo. De momento, recuerda que el vino y plato aspiran a encontrar el equilibrio, sin que ninguno de los dos se imponga, y el conjunto debe ser sabroso. “En general”, se puede decir que los rosados suelen ir bien con pastas, pizzas o pescados azules. Los blancos mediterráneos son el perfecto compañero de arroces, aves y quesos semicurados, mientras que los gallegos tiran al bicheo marino. Un tinto joven te acompaña una buena barbacoa, sardinas a la brasa incluidas, mientras que la crianza pide guisote o carnes grasas. Los finos y manzanillas son ideales con jamón ibérico y gambitas, mientras que el rabo de toro o carrilleras van de vicio con un vino oloroso… Vale, y con tintos potentes para tu suegro. No lo olvides, ante la duda, los vinos espumosos acompañan magníficamente un menú de principio a fin.

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